El tema de la reputación digital, es igual de delicado que el de la reputación que podamos tener en cualquier otro entorno. A todos nos preocupa lo que se puede decir de nosotros en diferentes núcleos sociales, desde la comunidad de vecinos al trabajo o en nuestro grupo de amigos, nuestro pueblo (si somos de los que vivimos en uno con pocos habitantes y te tienen fichado desde pequeño), la facultad, etc…
Pero hay dos claras diferencias entre la reputación digital, y el resto de reputaciones; el alcance y la propagación. Pensemos en personas conocidas por algún tipo de mérito (o no); la información que salta a la red tiene un alcance mundial, y la propagación puede ser en cuestión de horas, o minutos.
La web, por tanto, se convierte en un arma de doble filo. Por un lado, conocemos muchos fenómenos de masas nacidos en la red; por ejemplo, la serie de televisión Lost le debe su éxito y su etiqueta de serie de culto a los internautas y el cantante Justin Bieber empezó a taladrarnos el oído en Youtube, debido a que su madre atisbo en su retoño la gallina de los huevos de oro, y colgaba vídeos del niño a “cascoporro”.
Pero con la misma rapidez que la web puede darte fama, lanzarte al estrellato y hacer de alguien un personaje respetado en un ámbito en concreto, puede hacerte perder credibilidad, ser objeto de burla, ponerte en evidencia…en definitiva, darte mala reputación, o acabar con la buena, para el que alguna vez la tuvo. Preguntadle, si no, a David Bisbal por sus famosos tuits, o a Paris Hilton por sus, subidos de tono, vídeos caseros.
De eso va el post de esta semana, de esa serie de herramientas que te pueden mantener al tanto de lo que sobre una persona se puede publicar en la red o de cómo puedes mantenerte informado sobre las noticias que surjan en torno a una persona que despierte tu interés. Ya que es tarea imposible controlar lo que se publica, no está de más poder, al menos, estar informado de cómo, donde y cuando se publica.
Para ello, y tras mantener un más que interesante feedback con las creadoras de un blog que sigo, y que desde aquí vuelvo a recomendar (http://comohacerunblog10.com/), opté por crear alertas en Google, con Google alerts (valga la redundancia bilingüe).
Curiosamente en mi post sobre los tres blogs profesionales que redacté recibí comentarios de las creadoras del blog mencionado, y me sorprendí mucho, ya que, en mi absoluta ignorancia, me preguntaba como realizaban ellas los seguimientos para saber en qué momento se mencionaba su blog y por parte de quién. Aproveche la ocasión para pedirles que redactaran un post acerca de cómo realizar estrategias de seguimiento y monitorizaciones, y amablemente accedieron. Facilito el enlace: http://comohacerunblog10.com/2011/05/24/estrategias-de-seguimiento-en-redes-sociales-y-blogs-para-las-empresas/
En los comentarios de mi post me dieron pistas de cómo crear varias alertas en Google:
He creado una sobre “Adolfo Plasencia”, una para mi blog, una para mi perfil de Facebook, otra para mi perfil de Twitter y un experimento con el contacto de una amiga en Facebook, que no tiene nada que ver conmigo “Jose Luis Vega Perez”.
¿Por qué decido crear la alerta sobre el perfil de Facebook de alguien que no está en mi lista de contactos? Lo explico. Desde no hace mucho tiempo, si tú mencionas en algún comentario a alguno de tus contactos, por defecto, Facebook te proporciona el nombre de usuario que el contacto en cuestión, tiene en su perfil. Pues sencillamente, las alertas que a mi correo-e han llegado, cuando alguien me ha mencionado a mí, han sido de cometarios que alguien ha hecho y en los que han utilizado el nombre que se ofrece por defecto; es decir, si alguien pone “Luis” no me llega la alerta, en cambio si alguien teclea “Luiki Alonso”, y elige la opción por defecto, la alerta sí llega a mi correo-e.
Y ahora doy la respuesta a la pregunta planteada. Quería saber hasta qué punto está mi privacidad en peligro, si a alguien se le ocurre crear una alerta con mi nombre de perfil, ¿tendría notificación de aquello que en mi Facebook se diga de mí, o para mí, sin tenerme en su lista de contactos? La respuesta es, NO. Yo no he recibido ninguna alerta sobre el contacto de mi amiga, y me he asegurado de que ella le hiciera algún comentario con el mismo nombre que Facebook ofrece por defecto, y que es el mismo con el que cree la alerta. Es probable que os parezca una tontería el “experimento”, pero pensé que sería divertido intentarlo.
Algo que si me preocupa más es la configuración de la privacidad en Twitter. En el momento en el que creé la alerta con mi nombre de usuario en Twitter, pinché en la lista de resultados previos y obtuve varios tuits que yo escribí en su momento, me pregunto si alguien podrá acceder a esos comentarios creando una alerta con mi nombre de usuario de Twitter.
No sé si habré hecho un buen uso de la herramienta, porque considero que no he recibido demasiadas alertas. La que más éxito ha tenido ha sido la de Adolfo Plasencia que me han mantenido informado sobre los posts que ha creado en su blog y algún que otro tuit. No considero que en mi estrategia de seguimiento haya obtenido información que dañe la reputación de la persona, o atente contra su privacidad.
Lo que sí he observado es que Google Alerts es una aplicación que actúa con lentitud, ya que no creo que actúe tal y como configuras la alerta, “cuando se produzca”. Lo que sí creo es que el correcto uso de estas herramientas es tremendamente útil para estar informado sobre una persona o una institución, y que son de gran difusión y alcance, como ya he mencionado.
Para otros muchos puede que contribuyan al fin de su credibilidad, de su integridad, de su buena fama…de su reputación digital.